Biblia Evangelio del día

Evangelio del día 5 de septiembre de 2022

Os compartimos la Lectio Divina del Evangelio de hoy. En la lectura del evangelio del día, seguimos con el evangelista san Lucas.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Señor, Tú que nos has llamado a ser tus discípulos, nos pides un amor incondicional y nos invitas a seguirte hasta la muerte, te pedimos que nos envíes el don del Espíritu Santo para que nos ayude y fortalezca para poder seguirte, y así tomados de tu mano lleguemos a la meta final. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

I. Lectura del texto del Evangelio (Lc 6,6-11): 

Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle. Pero Él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte ahí en medio». Él, levantándose, se puso allí. Entonces Jesús les dijo: «Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla». Y mirando a todos ellos, le dijo: «Extiende tu mano». Él lo hizo, y quedó restablecida su mano. Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús. Palabra del Señor

II. Comentario al Evangelio:

Hoy, Jesús nos da ejemplo de libertad. Tantísimo hablamos de ella en nuestros días. Pero, a diferencia de lo que hoy se pregona y hasta se vive como “libertad”, la de Jesús, es una libertad totalmente asociada y adherida a la acción del Padre. Él mismo dirá: «Os aseguro que el Hijo del hombre no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace el Hijo» (Jn 5,19). Y el Padre sólo obra, sólo actúa por amor.

El amor no se impone, pero hace actuar, moviliza devolviendo con amplitud la vida. Aquel mandato de Jesús: «Levántate y ponte ahí en medio» (Lc 6,8) tiene la fuerza recreadora del que ama, y por la palabra obra. Más aún, el otro: «Extiende tu mano» (Lc 6,10), que termina logrando el milagro, restablece definitivamente la fuerza y la vida a lo que estaba débil y muerto. “Salvar” es arrancar de la muerte, y es la misma palabra que se traduce por “sanar”. Jesús sanando salva lo que de muerto había en ese pobre hombre enfermo, y eso es un claro signo del amor de Dios Padre para con sus criaturas. Así, en la nueva creación en donde el Hijo no hace otra cosa más que lo que ve hacer al Padre, la nueva ley que imperará será la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que “inactiva”, incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.

Entonces, libertad y amor conjugados son la clave para hoy. Libertad y amor conjugados a la manera de Jesús. Aquello de «ama y haz lo que quieras» de san Agustín tiene hoy vigencia plena, para aprender a configurarse totalmente con Cristo Salvador.

P. Julio César RAMOS González SDB(Mendoza, Argentina)

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «El proyecto de Dios va más allá de la capacidad de conocer y comprender del hombre, mientras que, por el contrario, sólo Él conoce nuestros pensamientos, nuestras acciones e incluso nuestro futuro» (San Juan Damasceno)

  • «Sin la idea del Redentor no se puede soportar la verdad de la propia culpa y se recurre a la primera falsedad: la obcecación ante esa culpa, de la que nacen todas las otras falsedades, y, finalmente, la incapacidad general ante la verdad» (Benedicto XVI)

  • «(…) Con compasión, Cristo proclama que ‘es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla’ (Mc 3,4). El sábado es el día del Señor de las misericordias y del honor de Dios. ‘El Hijo del hombre es Señor del sábado’ (Mc 2,28)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.173)

 

Palabras del santo padre                     

La esperanza es un don, es un regalo del Espíritu Santo y por esto Pablo dirá que no decepciona jamás. Y también tiene un nombre. Y este nombre es Jesús: no se puede decir que se espera en la vida si no se espera en Jesús. No se trataría de esperanza —precisó—, sino de buen humor, optimismo. Jesús no es un sanador, es un hombre que recrea la existencia. Y esto nos da esperanza, porque Jesús ha venido precisamente para este gran milagro, para recrear todo. Tanto que la Iglesia, en una bellísima oración, dice: Tú, Señor, que has sido tan grande, tan maravilloso en la creación, pero más maravilloso en la redención…. Así que, la gran maravilla es la gran reforma de Jesús. Y esto nos da esperanza: Jesús que recrea todo. Y cuando nos unimos a Jesús en su pasión con Él rehacemos el mundo, lo hacemos nuevo. (Homilía Santa Marta, 3 septiembre 2013)

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