Catequesis a través del Arte

El Papa Francisco escribió que “Anunciar a Cristo significa mostrar que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo, sino también bello, capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en medio de las pruebas. En esta línea, todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrarse con el Señor Jesús… Entonces se vuelve necesario que la formación en la via pulchritudinis esté inserta en la transmisión de la fe (EG 167). Una nota de particular valor innovador para la catequesis puede expresarse por la vía de la belleza sobre todo para permitir conocer el gran patrimonio de arte, literatura y música que posee cada Iglesia local. En este sentido, es comprensible que el Directorio haya colocado el camino de la belleza como una de las “fuentes” de la catequesis (cf. nn. 106-109).

Hoy iniciamos la experiencia de hacer catequesis del arte. Estaremos presentando algunas obras (preferentemente pinturas) del arte universal, las cuales nos ayuden a encontrar un mensaje para nuestras vidas y la de los demás. Tenemos como objetivo: adentrarnos en la belleza del arte y ejercitarnos en el análisis teológico o catequético de los cuadros. Creemos que la riqueza cultural y del arte, son un espacio desde el cual Dios también nos habla, por lo que, a los agentes de evangelización y catequesis, nos vendrá bien considerarlo en nuestra misión.

Para poder ejercitarnos en este espacio, te invitamos a seguir estos pasos:

1º Abrir la Pintura. Adéntrate en el cuadro. Disfruta sus detalles, el escenario, los personajes, las expresiones, los colores, el posible tema de fondo que consideres. De ser posible, haz una primera interpretación de lo que creas que hay en la pintura.

2º Leer los datos y fichas técnicas. Haz una lectura de los datos y comentarios que hemos añadido, son breves, pero tratan de mostrar algunos elementos interpretativos. Si algún dato te llama la atención, puedes retornar al cuadro, para corroborar y entender los detalles. Ampliar las fichas, se desplazan tipo diapositivas.

3º Contempla nuevamente el cuadro. Una vez hecha la lectura, retorna a la pintura y deléitate en ella, a la luz de lo que el autor quiso imprimir en su obra. Déjate tocar e interpelar, haciendo conexión con tus experiencias personales, religiosas, bíblicas, catequéticas, teológicas. Realiza una interpretación o reflexión.

4º Compartir tu reflexión. Después de la contemplación, podemos compartir nuestra reflexión personal con la obra pictórica.

5º Comparte con los demás. Si esta experiencia te ha sido de provecho y grata, comparte a otros este espacio, para que también puedan ser alcanzados por la belleza, verdad y bondad que encierra el arte y el mensaje divino.

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